Bea, de Alpacas Boboreta, alumna y emprendedora, nos cuenta algo más sobre la historia fascinante de como comenzó su proyecto de criar alpacas, hilar y tejer en telar, en Galicia. Muchas de nuestras empresas artesanas y textiles han comenzado con un sueño, y hemos perseguido el sueño con fuerza y cariño.. y mucho trabajo, para desarrollarlo.
Deseamos todo lo mejor para Bea y su proyecto y esperamos que su historia pueda inspirar otras personas para seguir sus sueños también. Esperamos que podemos seguir los pasos de Bea y sus alpacas en el futuro en textilesnaturales.
“Me quedé fascinada con ese animal y fue como un flechazo.
En mi mente siempre hubo proyectos e ideas para crear mi propia empresa por motivos personales y familiares. Tenía muy claro lo que me gustaba y me hacía feliz y empecé a formarme en artesanía textil, aprendiendo a tejer con telar de bajo lizo con Concha Outeiriño primero.
Quería experimentar con fibras y un verano me lo pasé lavando la lana de las ovejas de un vecino para aprender de primera mano todo el proceso. Encontré un curso un fin de semana de Diciembre en la Ribeira Sacra con Anna Champenney y como con la rueca no me lo pensé. Eses dos días descubrí un mundo fascinate, los tintes naturales. En ese curso tuve tiempo de hablar de mi idea de tener mi propio rebaño en un futuro de alpacas y me sentí muy comprendida y con muchas cosas en común con aquella agradable artesana y diseñadora que no solo me enseñó a teñir lana.
Por otro lado por fin había encontrado, de verdadera casualidad, en un viaje con mi marido y mis hijas de vacaciones en Cantabria, ¡a una criadora de Alpacas!. Alison Boyden de Alpacas del Alto Pas, fue y es para mí un referente en este mundo en España y en sus manos me puse para que me consiguiese mi pequeño rebaño. El 5 de Octubre de 2013, por fin, después de tantos años soñando, fui capaz de ver hecho mi sueño realidad.
De momento tengo cuatro animales … es un primer paso de un largo camino, pero no tengo prisa por llegar al final y quiero disfrutar de todo cuanto me pase.
Me gustaría, que a la vuelta de unos años, cuando echara la vista atrás y recordase aquella tarde en la que Alison me dio el ramal de Félix para que yo lo bajase del remolque y lo llevara a su nueva casa, siguiese sintiendo esa emoción e ilusión, ese afán de superación y esa inquietud por experimentar y nunca dejar de divertirme haciendo lo que más me llena el corazón y transmitírselo a todos los que quieran escuchar.
Espero que este proyecto avance y crezca todo lo que crece en mi cabeza y en mi corazón y que inspire a otros a perseguir un sueño y luchar por él”.