!Qué foto tan idílica! La verdad es que esta imagen representa una de las muchas actividades y tareas en textilesnaturales y Anna Champeney Estudio Textil “entre bastidores” – las tareas humildes y modestas (que a primera vista no parecen muy fotogénicas) que nos ocupan en el día a día del trabajo de mantener nuestra pequeña empresa y taller textil.
Es el trabajo de proteger la lana de la polilla, sobre todo, entre abril y noviembre. Tenemos lanas que empleamos para diseño textil – tanto diseños actuales como futuras -, lanas rústicas “de país” y lanas para los cursos, y lana de cordero y angora para foualrds y para comercializar en la tienda. Así que son bastantes kilos de lana – !y potencialmente un verdadero banquete para las polillas!
Después de cada curso metemos todas las lanas que se han empleado en el congelador durante varios días, antes de sacarles y secarles bien en la sombra (las larvas de las polillas prefieren lanas o prendas más humedecidas porque no beben nunca – sólo comen, y así es su comida les aporta todo el líquido necesario). Después devolvemos a su sitio en las diferentes bolsas y cajas etiquetadas y cerradas.
Las temperaturas bajas de 18ºC matan las larvas que se alimentan con la lana – las polillas en si, como mariposas, no hacen daño. También el sol destroza las larvas, así que, para lanas sin teñir, las sacamos de las bolsas o cajas periódicamente y las extendemos al sol durante varias horas antes de devolverlas a las bolsas en el almacen. Cada verano el congelador está lleno de madejas y conos, y en el patio fuera del taller, también está con lanas, como puedes ver en la foto.
En textilesnaturales tenemos un programa anual que nos dice cuando cambiar las bolitas contra la polilla, y a veces, también (!cuando nos recordamos y tenemos tiempo para cosecharla!), ponemos lavanda de las plantas que cultivamos en el jardín cerca de donde almacenamos las lanas. Y otra idea novedosa nuestra ha sido poner lanas de desperdicio, de proyectos pasados, en lugares favorecidas por las polillas – lugares oscuros, sin paso de aire, lugares de más humedad, lugares bajos – por debajo de muebles o estanterías. La idea es que las polillas vayan a estas lanas para poner los huevos en vez de batallar y luchar para entrar dentro de las bolsas y cajas bien selladas. Cada 3 – 4 semanas, durante la época de verano, ponemos estas lanas en el congelador, y después al sol, para matar los huevos o larvas que puede haber.
Y asi, hasta ahora, hemos evitado que las polillas dañan los hilos.
So far so good!
This content is available in: English